Leo este cómic sacándolo en préstamo de la Biblioteca Regional de Murcia. Observación relevante, pues es una publicación muy reciente, que, por ejemplo, aún no estaba en la FNAC de Murcia. Y, sin embargo, lo encontré ya en el catálogo de esta biblioteca, lo que muestra su eficiencia e interés por los cómics. Otro ejemplo de ello es su club de lectura de cómic, que ya tiene cartel y díptico, y entre sus próximas lecturas estarán Persépolis, Maus o El olmo del caúcaso, obras que se pueden considerar clásicos del cómic actual para adultos, y otro gran cómic reciente como Fun Home.
En cuanto a los Relatos de un carbonero, de Shigeyasu Takeno, me llamó la atención que en los blogs donde encontré reseñas (Cómixvolumen2, Última Viñeta y la Cárcel de papel) lo relacionaran con el estilo de Jiro Taniguchi, lo que me animó a leerlo. Después de hacerlo, estoy de acuerdo en la referencia: La descripción minuciosa y sencilla, que da apariencia de autenticidad al relato, el dibujo muy naturalista de la naturaleza, la montaña, los animales, que parece una muestra de
respeto hacia ella...
El conjunto transmite una visión serena del mundo, de las dificultades de la vida, y nos ayuda a comprender y aceptar las conductas de los personajes. De modo que, sin alcanzar la perfección narrativa de Taniguchi, me ha gustado leer estas más de doscientas páginas dedicadas a contarnos la historia de cómo vivía en la montaña un carbonero, desde que corta la madera del bosque hasta que la lleva a vender convertida en un carbón vegetal para ganarse la vida.
En cuanto a los Relatos de un carbonero, de Shigeyasu Takeno, me llamó la atención que en los blogs donde encontré reseñas (Cómixvolumen2, Última Viñeta y la Cárcel de papel) lo relacionaran con el estilo de Jiro Taniguchi, lo que me animó a leerlo. Después de hacerlo, estoy de acuerdo en la referencia: La descripción minuciosa y sencilla, que da apariencia de autenticidad al relato, el dibujo muy naturalista de la naturaleza, la montaña, los animales, que parece una muestra de
respeto hacia ella...
El conjunto transmite una visión serena del mundo, de las dificultades de la vida, y nos ayuda a comprender y aceptar las conductas de los personajes. De modo que, sin alcanzar la perfección narrativa de Taniguchi, me ha gustado leer estas más de doscientas páginas dedicadas a contarnos la historia de cómo vivía en la montaña un carbonero, desde que corta la madera del bosque hasta que la lleva a vender convertida en un carbón vegetal para ganarse la vida.
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