En vísperas mi viaje a
Venezuela (quizás una ocasión para experimentar personalmente las coincidencias y diferencias culturales en nuestro mundo supuestamente global), acabo
Crónicas Birmanas, la última crónica de Guy Delisle de sus vivencias en países lejanos, que iba a
empezar hace un mes. Una vez más, la descripción de un país con un gobierno rígido e intolerante, que provoca situaciones absurdas, casi trescientas páginas de exhibición de paradojas. Respecto a las historias anteriores, en este viaje el autor no va solo, sino con su pareja y su bebé, lo que en cierto modo creo que le abre otra perspectiva. No está en soledad, también están a mano los miembros de Médicos sin fronteras, y aunque la perplejidad y la observación minuciosa de la sociedad birmana se dan como en sus cómics precedentes, me parece que se abre un poco más a experimentar lo que puede en un país dictatorial y cruel como Myanmar. Del resumen de Astiberri: "Testigo curioso y de mirada aguzada (...) con una buena dosis de ironía confronta sus insignificantes preocupaciones de occidental con las dificultades que atraviesan los habitantes de un país pobre bajo el yugo de una dictadura militar. Tras la aparente tranquilidad de las calles de Rangún despuntan las injusticias y carencias impuestas por la junta militar, los efectos de la censura, las zonas prohibidas, los rumores, la desinformación y el miedo permanente (...).
En conjunto, otra lectura que merece la pena recomendar: con ella se aprende cosas de otros lugares del mundo y se ayuda a pensar un poco sobre el nuestro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario