Me ha gustado mucho leer El fotógrafo, cómic en tres volúmenes que saqué de la Biblioteca Regional de Murcia.
En esta obra Guibert dibuja la historia de un fotógrafo, Didier Lefèvre, que acompañó por Afganistán a unos integrantes de Médicos Sin Fronteras.
La combinación de fotografías y dibujos está muy conseguida y da al relato mucha autenticidad, quizás gracias al trabaj de Frédéric Lemercier en la composición.
Nos cuenta una historia que refleja los sentimientos, dificultades y experiencias por ese país, sus paisajes y sus habitantes. La crudeza de la guerra a través de sus víctimas, que los médicos intentar recuperar con más sagacidad que medios.
El estilo Guibert, que ya me encantó en La Guerra de Alan, logra hacer cercanas y muy reales las vivencias, mostrando una aparente objetividad en la descripción. En cambio no logra emocionarme cuando trabaja con otros autores, en especial Sfar: No me dijeron gran cosa ni Las olivas negras ni La hija del profesor. Pero bueno, cada uno tiene sus gustos...
En esta obra Guibert dibuja la historia de un fotógrafo, Didier Lefèvre, que acompañó por Afganistán a unos integrantes de Médicos Sin Fronteras.
La combinación de fotografías y dibujos está muy conseguida y da al relato mucha autenticidad, quizás gracias al trabaj de Frédéric Lemercier en la composición.
Nos cuenta una historia que refleja los sentimientos, dificultades y experiencias por ese país, sus paisajes y sus habitantes. La crudeza de la guerra a través de sus víctimas, que los médicos intentar recuperar con más sagacidad que medios.
El estilo Guibert, que ya me encantó en La Guerra de Alan, logra hacer cercanas y muy reales las vivencias, mostrando una aparente objetividad en la descripción. En cambio no logra emocionarme cuando trabaja con otros autores, en especial Sfar: No me dijeron gran cosa ni Las olivas negras ni La hija del profesor. Pero bueno, cada uno tiene sus gustos...
4 comentarios:
Coincido con tu apreciación, a mi el primer tomo de las Olivas negras me gusto, pero después la cosa se convierte en una suerte de paranoia de Sfar con el judaismo y el sexo a vueltas pero sin un verdadero argumento. De Sfar a mi me ha gustado mucho klezmer porque ahí realmente lo goza tanto en el dibujo como en los textos. POr cierto, mucha envidia por la biblioteca de Murcia, en Santander estamos en Pañales en cuanto a bibliotecas públicas. Un blog muy interesante, coincido casi siempre en gustos. Un saludo
Miguel
Gracias por el comentario. Me leeré Klezmer. En cuanto a las bibliotecas de Santander, se que en ellas trabajan profesionales con ilusión. Quizás la falta de apoyo político...
Falta absoluta de interés y de presupuesto tanto por parte del gobierno como del ayuntamiento. LAs únicas decentes son las bibliotecas universitarias. Un saludo
Miguel
Para Miguel: Ya me he leido los tres volumenes de Klezmer, y tenías razón: Se explaya con la acuarela, que libertad y creatividad refleja su uso. Exhuberante imagen e historias, a veces difíciles de seguir...
Publicar un comentario