Piel color miel es otro bonito cómic autobiográfico, sincero, sin afectación. Jung cuenta sus recuerdos, infancia y adolescencia marcadas por su adopción por una familia belga. Algo que vivieron centenares de miles de niños y niñas de Corea afectados por la guerra y las políticas familiares. Dibujos amables, agradables, como de acuarela en blanco y negro. Y se combina en el relato un poco de ironía y humor que suaviza los malos ratos que forman parte de la vida. Una reseña más detallada en Trazos en el blog
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