Este cómic, que los autores me han dedicado en el Salón, cuenta la vivencia de unos padres (los propios autores) a raiz del nacimiento de su hija y la aparición de una enfermedad que causa daño cerebral a la niña. Esto desencadena todo un proceso de angustia, lucha, sufrimiento, solidaridad, aceptación, avances, retrocesos o estancamiento que miles de padres conocen, han tenido que experimentar y les acompañará toda la vida de alguna manera.
Está contado de una manera muy natural, sencilla y sincera. Emotiva pero a la vez buscando la objetividad, y la actitud que refleja lo hace ejemplarizante para las familias en situación similar que puedan verse reflejadas: El afán de superación de la adversidad, afrontar las cosas, aceptar la situación y a la vez luchar porque la persona afectada llegue a su máximo nivel de desarrollo, encontrar el apoyo de la red social y familiar, perseguir ante todo la calidad de vida y el afecto, confiar en los profesionales e implicarse en el tratamiento…
Pero no se trata de un cómic con pretensión didáctica -aunque pueda ser un recurso de "biblioterapia"-, o cuyo interés se limite a ser una lectura reconfortante para los padres de otros niños con algún problema. Es un cómic bien narrado que se lee de un tirón, queriendo conocer la evolución de la historia que nos está contando.
Gustará también a los muchos profesionales de la estimulación precoz, la medicina, la neuropediatría, la fisioterapia infantil o la psicología, porque su labor se ve reconocida en la historia, y lo usarán en escuelas de padres o clubes de lectura de este ámbito, pues transmite esperanza y actitud positiva. Pero, insisto, me parece que se lee con emoción y agrado si se tiene sensibilidad, al margen de tener o no algún ser querido con problemas.
En este caso contar la propia historia, como han hecho magníficamente Cristina y Miguel Giner, es también un modo de sacarse los temores e integrar en su vida cotidiana a su hija tal cual es, dejándome quizás a la espera de una continuación donde poder ver cómo se desarrolla Laia feliz en su casa, su familia, su colegio o sus amigos. Pero esto será otra historia, en la que habrá también momentos duros.
Por ahora tienen web oficial de unaposibilidadentremil, y a mi me ha gustado leerlo porque he visto en él el reflejo de muchas historias anónimas de familias a las que he visto vivir momentos parecidos.
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