Después de la romántica y tierna historia de
Pietrolino leo el volumen tercero de la serie
Los Borgia, de Jodorowsky y Milo Manara, que llevaba esperando dos años. Y faltará otro tanto para ver el último, una pena.
La historia de
Los Borgia es en manos de estos grandes maestros el contrapunto total: Se muestra y relata extremadamente toda la crueldad, manipulación, abuso de poder y locura de esta familia elevada al Papado.
La capacidad de ambos autores de narrar esta etapa de la historia católica de modo exagerado convierte en irónica y casi humorística la sucesión de crímenes, descuartizamientos e interrelaciones sexuales de todos los Borgia. Un cóctel de erotismo, representación de la violencia y maquiavelismo que produce unas veces estupor y otras una sonrisa.
Siempre se refleja la calidad e inteligencia de estos dos autores, de cuya obra quizás se concluye una condena de la corrupción política, de la mezcla de religión y voluntad de poder, y sobre todo nos hacen visualizar magníficamente una historia donde no se puede ver el limite de realidad y ficción.