El gusto del cloro, de Bastien Vivès (Diabolo) es un cómic bien editado y con un encanto especial. No cuenta nada: un chico va a nadar a una piscina pública para mejorar de un problema de la espalda, y allí conoce a una chica. Pero son ciento treinta páginas que se deben pasar lentamente y disfrutarlas.
Logra recrear el ambiente, las sensaciones, los progresos, los deseos que van apareciendo, en ese entorno de agua, que el autor dibuja y consigue muy bien, trasladándonos al ambiente de la piscina: tonos verdes y azulados, reflejos, perfiles de figuras desdibujados un poco la densidad del agua o el vaho que se pega a las gafas, los movimientos de la natación en la superficie o buceando, los momentos de contacto casual con otros nadadores, la sensación de humedad y calor que emana del agua, e incluso el gusto del cloro...
La experiencia de ir a nadar a una piscina que transmite este comic me resulta muy real, de hecho lo hago casi a diario. Y con ella me pasa, como cuando voy con la bici o a correr un rato, que a lo largo del ejercicio me voy abstrayendo, empiezo a pensar en cosas que tengo que resolver, o se me ocurre alguna idea, o comprendo algo que me resultaba problemático... Son momentos de aislamiento de lo concreto o de soledad, pero que me devuelven en cierto modo con ánimo renovado.
Y enhorabuena a Diabolo Ediciones por publicar libros así.
Para saber más, la reseña de Vicente Funes en Comictecla 30
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