En una carta a Oscar Pollak, Kafka escribió sobre la lectura una frase que me encantó, que he puesto en camisetas y en marcapáginas de
Editum, y que muestra cómo se las gastaba este buen hombre: "Creo que sólo deberían leerse libros que a uno le muerden y le puncen.
Si el libro que leemos no nos despierta como un puñetazo en el cráneo, entonces ¿para qué leemos el libro?... Lo que necesitamos son libros que hagan en nosotros el efecto de una desgracia, que nos duelan profundamente como la muerte de una persona a quien hubiésemos amado más que a nosotros mismos, como si fuésemos arrojados a los bosques, lejos de los hombres, como un suicidio,
un libro tiene que ser el hacha para el mar helado que llevamos dentro". (en negrita lo que llegó a las camisetas). (¿Un aviso para editores?).
Y Milena, quizás la mujer que mejor lo entendió, cuando Kafka murió afirmó que fue "un hombre condenado a mirar el mundo con una claridad tan enceguedora que éste le resultó insoportable y se encaminó hacia la muerte".
Gran escritor y hombre extraño, complejo, atravesado por su relación con su padre, por su condición judía y su historia, por su relación con las mujeres, su debilidad física y sus neurosis..., efectivamente escribe libros con una enorme lucidez, y que intentan romper nuestro hielo interior. Libros que nos conmueven, cuestionan y presentan las contradicciones de las normas sociales, la vida y su lógica implacable hacia la muerte.
Textos tan impresionantes como La colonia penitenciaria, El artista del hambre, El proceso o La metamorfosis, pero que Kafka tuvo la voluntad de que no le sobrevivieran, a pesar de tener el poder que él mismo exigía a las obras dignas de ser leídas.
En
Kafka, publicado por La Cúpula, que ya editó
America, Robert Crumb dibuja e interpreta la vida y la obra de este escritor referente del siglo XX de la mano del resumen de
David Zane Mairowitz. Componen un muy buen "Kafka para principiantes", lo que no es sencillo. A medio camino entre cómic y libro ilustrado, cuentan la vida y explican muchas de las obras de Kafka sin simplificaciones, con capacidad de síntesis, bien documentados y haciendo comprensibles la relación entre su vida y su obra, así como su repercusión posterior. Muy recomendable para introducirse en la lectura de Kafka, desde un estilo e intencionalidad de Crumb, que no le es lejana en lo que tiene de sarcarmo y absurdo.
(Texto de Kafka tomado de Klaus Wagenbach: "Kafka, en testimonios personales y documentos gráficos". Madrid, Alianza, 1970).