La película sobre Adele es entretenida, pero no la vería otra vez. A pesar de la buena ambientación y los efectos, es difícil trasladar a cine todo el fantástico y fantasioso mundo del cómic de Tardi. Una pequeña decepción.
En cambio, María y yo me ha encantado. Con sencillez, logra naturalidad y autenticidad al presentarnos el mundo de la persona autista. No es redundante respecto al cómic, sino complementario: permite matices, expresar el punto de vista de la madre, las preocupaciones inevitables, la simpatía...
Y El gran Vázquez no me ha defraudado, con ella he visto cómo se abusaba de los autores de cómic en los años sesenta, productores a destajo de páginas y personajes de los que eran desposeídos. En cuanto al personaje, Vázquez, se nos muestra a la vez como truhán, socarrón, vividor, genial y al final, perdedor. Debe ser un buen reflejo de esos años de su vida, aunque la interpretación de Santiago Segura no me resulta muy creíble, quizás porque está demasiado vinculado al estereotipo de su propio personaje fetiche, Torrente...
Habiendo conocido a Vázquez, no sé si mi cerebro aceptará a Santiago Segura-Torrente. Como que no lo veo.Me pensaré el ir a ver la peli.
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