Dios en persona, de Marc-Antoine Mathieu, me ha gustado mucho. No se por qué estos últimos años ha habido varios cómics relevantes que han tratado la historia de Dios: Desde versiones tan impresionantes como el Génesis de Robert Crumb, donde lo transgresor es mostrar literalmente muchos de sus episodios, a los volúmenes de Arquetipo y Prototipo de Ralf Köning, centrados también en el Génesis. Éstos últimos son versiones irónicas sobre la religión y sus inconsistencias cuando aplicamos un poco de razón e ironía a estos mitos de origen. Cosa por otra parte que ya había hecho genialmente JL Martín en su Biblia contada a los pasotas.Pero volviendo a la obra que nos ocupa, se trata de una obra que enfrenta a Dios a la sociedad mediática contemporánea, convirtiéndolo en mercadotecnia. Que llegue Dios un día a una cola da para mucho: crítica, reflexión, absurdo, sociología... y todo se expone con inteligencia. Uno de sus hitos es la contabilización de las moléculas en una biblioteca:
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