Para elegir un viaje de vacaciones, nuestro protagonista archivero de la Secretaria de Estado de Proscrastinación acude a la agencia de viajes. Allí su documentadísimo empleado inicia la descripción mayor jamás realizada de las paradójicas creaciones humanas y su reflejo en edificios, calles, personas y sobre todo museos donde se conservan los obsesivos deseos humanos de memoria e identidad...
Se trata de una obra de corte borgiano, que homenajea también las ciudades invisibles de Italo Calvino, y que con su riquísimo despliegue de inteligencia, creatividad y surrealismo nos deja tan exhaustos como al aturdido archivista de regreso a casa.
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