Tras leer
Tres veces uno me animé a leer
Los hijos del deseo, de Gabrielle Piquet. No me ha defraudado. El protagonista vive pendiente una vida lánguida y solitaria, igual que su madre. Se dedica a la recreación de la figura de su desconocido padre y su ciudad natal, Nueva York, temas obsesivos de su pintura. Su madre le contó que su padre fue un amor ocasional, un soldado de la base militar estadounidense que hubo en su pueblo. La autora se entretiene en los detalles de la vida diaria, en el amigo con fobia social, en la búsqueda de una novia en una agencia matrimonial, en la vivencia de la música de la madre, en lo que supuso para el pueblo la presencia de los americanos.... Un hallazgo casual y la visita de los soldados treinta años después para una fiesta de reencuentro darán paso a un giro en la historia que reabre la visión de la vida para nuestro protagonista.
La autora tiene un estilo sencillo, sin fondos, y una distribución de las viñetas irregular, como desordenada, con poco texto, pero muy sugerente y evocador, que hace la lectura de esta obra muy agradable, y deja buen sabor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario