domingo, 13 de noviembre de 2011

Cielos radiantes, de Jiro Taniguchi

La nueva historia de Jiro Taniguchi, Cielos radiantes, vuelve a plantear el tema más querido y tratado por nuestro autor favorito. Se trata de la reflexión sobre la propia vida, la posibilidad de rectificación de los errores, de reconciliación con uno mismo y con los seres queridos.
Como ocurre por ejemplo en Barrio Lejano, un hecho extraordinario da lugar a esa revisión de la historia personal. Un hombre de mediana edad choca con su furgoneta contra un motorista adolescente, muriendo el primero. Pero al despertar el muchacho herido del coma, lo hace con la mente y la memoria del hombre, que intenta reencontrarse con su pareja y su hija, a pesar de la extrañeza de la novia y los padres del joven que le presta su cuerpo. Antes de que éste recupere su propia conciencia, el fallecido lucha por hacerse comprender como no había logrado en vida y despedirse de su familia. La crisis, el exceso de trabajo y el agobio le habían hecho alejarse de ellos, y en el proceso todos evolucionan y son capaces de ir adoptando una forma mejor de ver el mundo.
Es quizás la primera obra de Jiro Taniguchi cuya lectura me produjo inicialmente un cierto escepticismo, precisamente por esa temática cercana a otras obras. Pero en el curso de la lectura se pierde la reserva: sólo hay que dejarse llevar por ella para disfrutar y sentirse más comprensivo y emocionado al final. 


1 comentario:

  1. Al leer esta obra compartí ese escepticismo inicial que comentas. Es verdad que se trata de un tema algo recurrente en la trayectoria de Taniguchi. Sin ser ni mucho menos su obra más original, otros componentes no menos habituales en él como la maestría en la composición de las viñetas, un detallismo exquisito y, quizá por encima de todo, la creación y el desarrollo de los sentimientos y las emociones en los personajes, consigue que podamos seguir disfrutando con este autor. Personalmente, me da igual sobre lo que dibuje, pero que siga dibujando.

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