Tonoharu, de Lars Martinson, es la historia de un chico estadounidense que se va de lector a Japón para enseñar inglés durante unos años en un instituto. Es una especie de
Lost in translation, porque el muchacho se siente melancólico, entre compañeros indiferentes, dificultades con el idioma para comunicarse bien, cierta sensación de soledad y la vida en un país que le resulta incomprensible.
Con sencillez se va contando sus esfuerzos por relacionarse, por entender la cultura o por preparar sus clases, en un comic sencillo pero simpático y que cuenta bien su historia.
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