Cuando se empieza a hablar de un nuevo estallido de la burbuja punto.com o crecen las dudas sobre el valor económico de Facebook y el resultado de su sobrevalorada salida a Bolsa, este comic me ha resultado muy instructivo, si bien produce la triste conclusión de que los errores se repiten con demasiada frecuencia.
David Cantolla, que fue uno de los socios fundadores de Teknoland, cuenta en primera persona cómo sufrió el hundimiento de su empresa en 2001, en el contexto de su compra por Terra y la crisis que sufrieron aquellos años las empresas basadas en Internet, lo que se consideró una primera gran burbuja tecnológica. Al margen del detalle con que se nos cuenta hacia atrás la historia, marcada por el incumplimiento de Terra reconocido años después en los tribunales, se explican muy bien las circunstancias y factores del ascenso y caída de aquella primera oleada de empresas punto.com.
No llega a ser un ajuste de cuentas, aunque se hace una valoración del papel positivo o la toxicidad de distintos personajes-tipo para los proyectos empresariales, y en cierto modo es una lección sobre cómo aprender de las dificultades, a través de los dibujos de Díaz-Faes. Nos deja el deseo de ver continuar la historia, de cómo se iniciaron nuevos proyectos creativos y empresariales, entre los que se destaca la puesta en marcha a través de Zinkia de la serie de Pocoyó.
Una muy amplia reseña en rtve, así como en Yorokobu.
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