Todo comenzó cuando inocentemente dibujó una cucaracha diciendo una palabra azerí (comunidad del norte de Irán) en una historieta para niños de su periódico. La manipulación del dibujo y su malinterpretación produjo una reacción airada de los azeríes, que al verse humillados por el dibujo promovieron manifestaciones. El gobierno iraní envíó al pobre dibujante a la cárcel, a los interrogatorios absurdos y a la indefensión, que incluyó a gobiernos occidentales que le fueron negando el pasaporte para hacerlo refugiado.
lunes, 8 de octubre de 2012
Una metamorfosis iraní, de Mana Neyestani
Todo comenzó cuando inocentemente dibujó una cucaracha diciendo una palabra azerí (comunidad del norte de Irán) en una historieta para niños de su periódico. La manipulación del dibujo y su malinterpretación produjo una reacción airada de los azeríes, que al verse humillados por el dibujo promovieron manifestaciones. El gobierno iraní envíó al pobre dibujante a la cárcel, a los interrogatorios absurdos y a la indefensión, que incluyó a gobiernos occidentales que le fueron negando el pasaporte para hacerlo refugiado.
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