Ardalén, de Miguelanxo Prado, cuenta el intento de Sabela por reconstruir la historia de su abuelo, emigrante a Cuba que no conoció. Para ello viaja al pueblo de donde debió partir, y allí encuentra a un anciano, Fidel, que vive solitario y algo desorientado, entre recuerdos vividos, imaginados o llegados misteriosamente. La reconstrucción ordenada de los recuerdos es difícil, pues vienen envueltos en una bruma, traídos metafóricamente por el ardalén, un viento ábrego que penetra en tierra desde el mar, húmedo y templado.
A partir de aquí, una obra sobre la memoria, dibujada con gran belleza, con tonos que acompañan esa mezcla de poesía, imaginación y melancolía que suelen tener las historias de Miguelanxo Prado, con las que logra nuevas vías de mirar la realidad e integrar en ella lo fantástico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario