La niña de sus ojos, de Mary M. Talbot y Bryan Talbot, es la estupenda recreación de la infancia y juventud de dos jóvenes: la propia autora, Mary Talbot, y Lucía Joyce, hija del gran escritor irlandés. Las dos trayectorias se nos van contando a la vez, contraponiendo sus respectivos contextos familiares e históricos pero también algunas similitudes.
Mary Talbot nos va contando su infancia, marcada por la excesiva rigidez de su padre, James S. Atherton, uno de los mejores expertos en la obra de James Joyce. De niña, Mary interrumpía reclamando la atención a su padre, enfrascado en el estudio del escritor. Y ya de profesora universitaria, se decide a estudiar la vida de la hija de Joyce, Lucía, quien pasó muchos años ingresada en centros psiquiátricos hasta su muerte en uno de ellos, diagnosticada de esquizofrenia.
La hija de Joyce se vio muy condicionada por el predominio de la voluntad e intereses de su padre: sus viajes desde Trieste a París o Londres. Su mayor ilusión de adolescencia, la danza, que llegó a interpretar profesionalmente, fue rechazada por su padre, igual que la derivación de ésta, la enseñanza de la danza con fines terapéuticos. Tras la frustración de estas aspiraciones y la ruptura de su relación con Samuel Beckett, la estabilidad mental de Lucia fue rompiéndose.
De modo que el cómic nos enfoca y destaca la influencia de la relación padre-hija en las segundas, y cómo actitudes de autoritarismo, menosprecio y limitación de la autonomía de las protagonistas las pudo marcar, sobre todo en el caso de la niña de Joyce. Y en ambos casos con la colaboración o sumisión de sus madres.
Me queda la duda de si el cómic simplifica la relación de Joyce con su hija, y si la actitud hacia ella fue la causa única de su deterioro mental; pero aún así me ha parecido un gran cómic biográfico sobre éstas que fueron las niñas de sus ojos de sus respectivos padres, aunque desde luego éstos no supueron hacerlo con ellas.
Mary Talbot nos va contando su infancia, marcada por la excesiva rigidez de su padre, James S. Atherton, uno de los mejores expertos en la obra de James Joyce. De niña, Mary interrumpía reclamando la atención a su padre, enfrascado en el estudio del escritor. Y ya de profesora universitaria, se decide a estudiar la vida de la hija de Joyce, Lucía, quien pasó muchos años ingresada en centros psiquiátricos hasta su muerte en uno de ellos, diagnosticada de esquizofrenia.
La hija de Joyce se vio muy condicionada por el predominio de la voluntad e intereses de su padre: sus viajes desde Trieste a París o Londres. Su mayor ilusión de adolescencia, la danza, que llegó a interpretar profesionalmente, fue rechazada por su padre, igual que la derivación de ésta, la enseñanza de la danza con fines terapéuticos. Tras la frustración de estas aspiraciones y la ruptura de su relación con Samuel Beckett, la estabilidad mental de Lucia fue rompiéndose.
De modo que el cómic nos enfoca y destaca la influencia de la relación padre-hija en las segundas, y cómo actitudes de autoritarismo, menosprecio y limitación de la autonomía de las protagonistas las pudo marcar, sobre todo en el caso de la niña de Joyce. Y en ambos casos con la colaboración o sumisión de sus madres.
Me queda la duda de si el cómic simplifica la relación de Joyce con su hija, y si la actitud hacia ella fue la causa única de su deterioro mental; pero aún así me ha parecido un gran cómic biográfico sobre éstas que fueron las niñas de sus ojos de sus respectivos padres, aunque desde luego éstos no supueron hacerlo con ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario