Así que ahora rescato la reseña que hice hace unos años:
Hokusai, de Shotaro Ishinomori, es la biografía de este gran artista japonés cuyos noventa años de vida estuvieron entre fines de XVIII y la primera mitad del siglo XIX.
No lo conocía, salvo por la famosa gran ola de Kanagawa.
El cómic, dibujado con un estilo que recuerda el de Osamu Tezuka, intenta reflejar en sus casi 600 páginas la gran energía creativa y vital de este pintor, que cambiaba continuamente su nombre o incluso lo regalaba a algún discípulo, y al que se atribuye una influencia importante sobre los impresionistas franceses. Le gustó explorar estilos, experimentar con ellos y buscar el propio aún a costa de enfrentarse a sus maestros o al gusto de la época.
De vida complicada, en la que viajó para dejar miles de estampas y grabados de los paisajes japoneses, tuvo que superar vaivenes económicos y familiares, y desgracias como el incendio y destrucción de su taller cuando ya era anciano, un "viejo loco por el arte". Me ha gustado leer este cómic sobre la vida de un pintor que comenzó trabajando prestando libros en una de las tiendas que para ello empezó a haber a Japón en la segunda mitad del siglo XVIII, para responder a la extensión de un ansia por la lectura de japoneses poco pudientes.
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