Konrad, deseoso de navegar aguas desconocidas y confiado en su fortaleza, aceptó un contrato de tres años propuesto por una compañía belga. Su misión, llevar un vapor que subiría el río, entre selvas inhóspitas para el occidental poco consciente de estar entrando en otro mundo. Un mundo para que el no tenían defensas, y al que en realidad los exploradores estaban agrediendo sin ser muy conscientes de ello.
Conrad se irá dando cuenta de la falsedad de la misión supuesta: desarrollar y emancipar de su atraso a las poblaciones de la zona. Realmente su compañía esquilmaba las riquezas del continente, como su marfil. Y ello aún a costa de sufrimientos propios y ajenos, exposición a enfermedades como la malaria o el paludismo... La consecuencia fue que esta experiencia colonialista se fue convirtiendo en una pesadilla para el protagonista, que iría cambiando a partir de aquí su visión del mundo.
Los autores logran mostrar la atmósfera sofocante y pavorosa de la experiencia vivida usando unos tonos oscuros y sombríos que reflejan las sensaciones de los protagonistas de la historia: Algo de por si lleno de colores densos y de vida, se acaba viviendo como un mundo tenebroso. Gran lectura!
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