
Pepe seguía ejerciendo de sí mismo: libre por encima de todo, desinteresado y despreocupado de sus cosas, genial como dibujante pero rutinario en el trabajo... pequeñas contradicciones de alguien sobre todo muy querido por quienes lo rodeaban e intentaban proteger...
Todo esto y mucho más nos lo cuenta extraordinariamente Carlos Giménez construyendo una imagen coral y entrañable de lo que era la vida cotidiana en una España en cambio no solo para los dibujantes de tebeos.
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