Marzi: 1989, de Marzena Sowa y Sylvain Savoia

Marzi: 1989, de Marzena Sowa y Sylvain Savoia, continúa la maravillosa historia de la infancia de la primera, en los momentos iniciales de la caída del comunismo en Polonia.

La autora ya es una fuente inagotable de preguntas, una observadora ingenua de las ausencias de su padre los días de huelga, de las manifestaciones o de la emergencia como líder de Lech Walesa. Mientras, nos va describiendo sus pequeñas anécdotas: aprender a ordeñar, visitar tíos, jugar con otros niños y niñas, desear una muñeca, resistirse a comer algo que no te gusta, recolectar fresas en verano... 

La niña se hace una joven deseosa de independencia que emigra a París y acaba haciéndose autora de tebeos. En este cómic muestra el poder del relato autobiográfico para darnos a conocer historias universales, algo que en Persépolis de Satrapí o más recientemente en Los cuadernos de Esther tiene otros ejemplos sobresalientes: una niña de una familia obrera con raíces en el campo polaco nos permite reflejar desde la vida cotidiana el impacto de la Mesa Redonda que cambió la historia europea reciente, la caída del muro de Berlín y otras muchas cosas.

Para toda la vida, de Goupil y Claudio Stassi

Para toda la vida, de Goupil y Claudio Stassi, nos cuenta la historia de amor de los protagonistas, a los que encontramos en una residencia de ancianos. El cómic comienza con lo que será el desenlace: el suicidio pactado de la pareja formada por Fernand y Édith, que no se sentían capaces de vivir cuando el otro falleciera, y anticipaban el dolor del que sobreviviera. Una decisión tomada con alegría y como consecuencia natural de una vida de apoyo y cariño mutuos y que les parecía sin sentido sin el otro.
Los diálogos entrañables en la residencia nos permiten conocer cómo se conocieron, cómo trabajaron juntos en su bar para jugadores de petanca, cómo escucharon el mítico concierto de Edith Piaf en la Torre Eiffel, la aparición de la olla a presión, la muerte de De Gaulle, Mayo del 68, el triunfo de Mitterrand y otras muchas anécdotas que llenaron los cincuenta años de este tierno matrimonio.

Cómo hablar con chicas en fiestas, de Neil Gaiman, Fábio Moon y Gabriel Bá

Cómo hablar con chicas en fiestas, de Neil Gaiman, Fábio Moon y Gabriel Bá, es la adaptación de la historia en que dos muchachos acuden animosos e inquietos a un encuentro que no resultará según lo previsible.
El amigo desenvuelto y ligón anima al tímido a presentarse en una fiesta en la que prácticamente no conocen a nadie. Cada uno de ellos representará su papel, rodeados de chicas agradables pero muy soñadoras, y empezarán a vivir una experiencia única con sus nuevas amigas.
Un cómic genialmente editado, con un color muy conseguido y que consigue crear una atmósfera especial, poética e irreal.

La máquina del tiempo, de Carlos Giménez

La máquina del tiempo, de Carlos Giménez, es una versión de la famosa obra de H.G Wells, que inaugura la temática de los viajes al futuro y sus consecuencias. Un cómic que se adapta muy bien al estilo de Carlos Giménez, creo, porque cómo él su protagonista tiene curiosidad, conocimiento y preocupación por el destino de la humanidad.
Conocer el futuro lleva al viajero del tiempo a adentrarse en un  mundo negativo, contrapunto de la utopía concebida por Tomás Moro. Una novela que combina ingenuidad cientifista y pesimismo político.

El día en que el bus volvió a partir sin ella, de Beka, Marko y Cosson

El día en que el bus volvió a partir sin ella, de Beka, Marko y Cosson, ha sido una estupenda sorpresa: una historia que transmite optimismo y positividad.
En él, la protagonista aprende a disfrutar la vida frente a la búsqueda continua de soluciones que no lo son, a través de una combinación de historias donde el azar invita a salir del camino previsto y disfrutar el momento aprovechando las sorpresas que nos salen al paso y nos valen para encontrar una ruta mejor.
Una lectura reconfortante, con recomendaciones como éstas: