Con viñetas de colores vivos los diablillos observan con estupor las obras y bromean desenfadadamente con ellas. Miguel Ángel a Manet, Picasso, Marina Abramovic, Andy Wharhol o Munch sufren la desacralización de los artistas y de la institución museística. Les vemos "limpiar" el Guernica o pintar las uñas del David de Miguel Ángel, a la vez que adquieren obras para quemarlas o "exponerlas" en los contenedores de basura, estampan likes de Facebook sobre pinturas o llenan de figuras de todo tipo el Desayuno en la hierba de Edouard Manet. La pretensión más que ridiculizar el arte contemporánseo debe ser animarnos a mirarlo desprovisto de la pretenciosidad que lo acompaña muchas veces.
Un cómic divertidísimo que también dedica una historieta al estrés digital de los protagonistas, que les hace emular el grito de Munch.
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