Primavera para Madrid, de Magius, es la nueva incursión satírica de este autor murciano en la podredumbre reinante en la vida política y social española.
Diego Corbalán hace un trabajo bien documentado que, aunque se declara de ficción, da presencia de forma evidente a toda la patulea de personajes que nos avergüenzan a diario en la vida real y que son fácilmente reconocibles gracias al buen dibujo, los guiños y la valentía del autor: políticos corruptos, presidentas de comunidad, banqueros, empresarios, constructores, mequetrefes arribistas, directivos de fútbol, policías traidores, periodistas de prensa y televisión al servicio del mejor postor y por supuesto la familia real, del primogénito de la primogénita al emérito y sus amantes.
No se sabe si la realidad supera a la ficción, pero esta historia de la mafia española es absolutamente verosímil, con todos los enredos que constituirían un sainete muy divertido si no fuera también un reflejo de la tolerancia española con la sinvergonzonería y el pillaje.
Magius además ha logrado un volumen que se asemeja a un lingote de oro: cubierta en tapa dura, páginas y lomo están en un llamativo color dorado que refleja el afán de riqueza y poder de sus protagonistas.
Es una satisfacción ver cómo un autor alternativo, que publica en una editorial alternativa desde su nombre, Autsaider, está siendo capaz de conectar con los lectores de cómic y ser conocido fuera de los círculos underground, manteniéndose fiel a su estilo. Así estos días su obra ha sido muy valorada en medios como la revista Icon del País, donde afirma: "Lo que me interesa es cómo funciona el poder y cómo debe ser la gente que pertenece a la élite. En las crónicas de sociedad siempre se muestra el aspecto más blanco o rosa de sus vidas. Los romances y fiestas a las que asisten esos empresarios, toreros, miembros de la jet set y aristócratas. Gente con una existencia ociosa que, hasta ahora, nunca había sido cuestionada, al menos oficialmente". Pues va siendo hora de que cuestionemos mostrando su carácter de esperpento, como hace el aparentemente reservado Magius.
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