Escrito en buena parte con la ayuda de lo contado por familiares, el relato se centra inicialmente en lo que supone perder la memoria y no recordar lo más básico.
Resulta conmovedor seguir el relato e ir vislumbrando también la esperanza de un tratamiento eficaz y la posibilidad de recuperación que al final ha hecho posible este cómic, cuya función -además de emocionar e ilustrar al lector- es claramente terapeútica para la propia autora.