La Residencia de Estudiantes -que tenía emparejada otra para mujeres que fue igualmente fuente para muchas jóvenes de desarrollo intelectual y libertad- fue una de las realizaciones de la Institución Libre de Enseñanza que contribuyó a renovar la educación y la cultura españolas. A ella llegó desde Granada para estudiar Filosofía un Federico calificado de mal estudiante pero con una enorme voracidad por descubrir y crear.
El cómic lo cuenta intercalando textos y poemas del protagonista, y presenta este periodo en la Residencia, que acaba en 1929, como una ventana abierta al mundo: llena de luz y de aires nuevos. Lo que fue este centro hasta que el triunfo de Franco acabó con todo.