Un brillantísimo trabajo en el que Julia como paseante solitaria incansable va buscando edificios abandonados y restos del antiguo Nueva York en el actual, como si fuera una arqueóloga urbana o una rastreadora de palimpsestos. Y además nos ofrece las historias de quienes los habitaron, cómo emergieron o entraron en decadencia.
Permanencia y cambio, contado como un impresionante homenaje a esta ciudad, a pesar de que la propia autora la tuvo que abandonar al ser deshaucida por su casero, teniendo que regresar a refugiarse a la casa de su madre...
Aunque en esta obra no aparecen las bibliotecas de Nueva York, para mi decepción, la autora ha dedicado algunas historias a la de la ciudad donde creció.
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