En resumen, Jorge Arranz nos cuenta cómo conoció a una chica japonesa al comenzar sus estudios de Bellas Artes en Madrid, y la historia de amor que le llevó dos veces a Tokio y a buena parte de los lugares naturales y culturales de Japón. Cuarenta años después de la renuncia de la muchacha japonesa a su relación, motivada por una enfermedad, el protagonista viaja de nuevo con su esposa para emprender otro recorrido por Japón.
Una nueva experiencia en la madurez, que incluye el reencuentro un poco extraño con la que fuera su pareja, y un viaje en el que irá descubriendo el significado de la cultura nipona: "La soledad, la elegante sencillez y la melancolía del paso del tiempo, la no permanencia y el envejecimiento. La relación con la naturaleza, el silencio, la discreción el vacío y la armonía. La ambigüedad, la alegría y la tristeza, la aceptación y la renuncia". Un extraordinario libro de viajes, un homenaje a las ciudades y lugares visitados y una historia personal de crecimiento y vida. Y todo ello dibujando maravillosamente y contado con mucha naturalidad y cariño hacia todos los protagonistas.
Inevitable que este libro me haya hecho evocar otros maravillosos cómics como Los cuadernos japoneses de Igort, que coinciden en la admiración por la cultura japonesa manifestado en la delicaleza de los dibujos y en el tono poético y sincero. O la reciente lectura sobre Nueva York en el cómic de Julia Weist, por el amoroso dibujo de las ciudades protagonistas de las historias.Y un pequeño regalo final: en el perfil en Facebook del autor he encontrado un bonito dibujo de la Biblioteca de la Universidad Carlos III.
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