Una historia de género negro que el dibujante enriquece con toques oníricos, momentos de nostalgia, melancolía, reconsideración de la vida y hasta humor o surrealismo con los que cuestionar la crueldad o la indiferencia ante la violencia extrema que se practica.
Me ha gustado si bien me quedo con los cuadernos de viaje por Japón o los cómics basados en sus viajes por Ucrania, Siberia y Rusia y su investigación histórica sobre acontecimientos como la hambruna ucraniana de principios del siglo XX o el asesinato de Anna Politkóvskaya por su activismo.
Igort se inició como director de cine al llevar a la pantalla esta historia, si bien creo que la versión cinematográfica no le añade nada relevante. Atmósfera oscura, melancólica y de amargura para conllevar la historia negra que el destino depara...
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