Este cómic me reafirma en lo buen narrador que es Miguel, que sabe dotar de sabiduría, naturalidad, mucha humanidad y autoironía todo lo que cuenta, con textos y dibujos muy expresivos.
También se puede leer como obra que ilustra sobre los síntomas que da nuestro cuerpo cuando hay un problema como el sufrido por él, y de la conveniencia de saber "leerlos" y acudir a los servicios de salud de la forma más urgente posible.
Por otra parte, el cómic -publicado en coedición con Z de Sanz, por la iniciativa de Julián Sanz- habla sin dramatismo de nuestra vulnerabilidad, de la necesidad de defender la Sanidad pública, de la suerte de tener las personas queridas a nuestro lado y que nos sacan a flote.
Gallardo ha tenido la suerte de poder contarlo: este cómic es muestra de que está en plena forma. Dibujar hace posible un proceso de autoconocimiento y comprensión de lo vivido, evidencia lo aprendido como lección de vida y a los lectores también les hace empatizar.
Y por las vueltas que da la vida, ahora se ve un poco reflejado en su personaje adolescente, Makoki.
1 comentario:
tengo muchas ganas de leerlo éste :)
Publicar un comentario