miércoles, 12 de mayo de 2021

Oleg, de Frederik Peeters

En Oleg, Frederik Peeters comparte cómo ve su propio trabajo y sus dudas como creador. Lo hace a través del protagonista, en diálogo y convivencia con su mujer y su hija adolescente. Con ello la historia resulta muy cercana, pues mientras él esboza historias en cómic que reflejan sus preocupaciones -como el futuro tecnologizado y distópico al que nos estamos abocando- su pareja hace de espejo frente al que se confronta o refuerza, y su hija le confía sus pequeñas intimidades.
La cuestión de fondo es la quizás inevitable inseguridad de todo autor respecto a sus proyectos cuando se están gestando, el temor a perder la chispa o la originalidad... y la convivencia con esas sensaciones mientras se charla con estudiantes, se hacen sesiones de firmas con los lectores o se plantean los problemas de la vida cotidiana. 
Peeters al mismo tiempo se nos muestra como alguien que mira con escepticismo lo que le rodea y que tiende a encerrarse en sí mismo por ejemplo frente al uso invasivo de las redes e Internet, pero que a la vez es capaz de estar en ese mundo y de contarnoslo para que disfrutemos sus cómics.

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