La obra, que se puede entender como un homenaje a sus padres, nos ilustra también la época en que se ambienta: entre fines de los ochenta y comienzos de los noventa, y está acompañada de algunas fotos, que alimentan la nostalgia del autor y nos la transmite de forma muy sincera.
En cierto modo, la historia de esa familia y su restaurante -que luego fue discoteca, luego se destruyó en un incendio y actualmente vuelve a funcionar- cuenta la transformación de la vida en la costa mediterránea, y su lectura me ha recordado y se ha hecho cercana a Todo bajo el sol, de Ana Penyas, que transcurre un poco más al sur.
No hay comentarios:
Publicar un comentario