Es la historia de cómo muchas personas ven sus vidas personales y familiares destrozadas por el incremento continuado de exigencias y objetivos, la implantación de modelos de funcionamiento organizacional deshumanizados en los que no se contempla a la persona y su bienestar, ni se aprovecha su experiencia. En lugar de ello, metas imposibles de mayores beneficios, reducción de costes laborales mediante la precarización, deslocalizaciones y un largo etcétera.
El origen de la historia que se cuenta es la investigación iniciada por Hubert Prolongeau cuando en 2006 se produjo un primer suicidio en Renault, el de Antonio B., al que siguieron otros hasta que entre 2008 y 2009, cuando los hubo en France Telecom, hizo patente lo dañino de las relaciones laborales.
El cómic lo publica una pequeña editorial responsable de bastantes de mis cómics favoritos, Garbuix Books. Me gusta porque está muy bien dibujado y contado, y he conocido una historia que me ha hecho pensar cómo nos marca el trabajo y cómo debemos luchar por poner límites y que se respeten los derechos básicos que están por encima de los intereses de organizaciones burocráticas centradas en incrementar beneficios a toda costa.
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