Había tenido la suerte de escuchar la historia de Leoncio Badía, el enterrador de Paterna, en su primera emisión en el programa A Vivir de la Cadena Ser, y estuve con los ojos humedecidos por la emoción durante todo el programa. Ahora ha vuelto a conmoverme ver dibujado este proceso, en el que ya casi sin supervivientes, tantas (casi siempre) mujeres muy mayores luchan por dar un entierro fuera de esas fosas comunes a sus padres o abuelos fusilados de forma inhumana.
En el cómic se dan la mano las historias de José Celda y Leoncio con la de los afanes de Pepica para recuperar los restos de su padre y el trabajo arqueológico para identificarlos fehacientemente.
Un relato muy necesario que se da la mano con grandes novelas como La voz dormida, o la recientemente adaptada al cine y al cómic El maestro que prometió el mar. Centenares de títulos nos hacen ver lo mucho que puede aportar el cómic a la Memoria Histórica. Y a su enseñanza necesaria para las futuras generaciones, como en el estudio "Memoria y viñetas" de David Fernández de Arriba, sobre el conocimiento de la memoria histórica en el aula a través del cómic.
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