Último fin de semana de enero, de Bastien Vivès, es la historia de un autor que mientras participa en la Feria Internacional de Cómic de Angulema mantiene un romance con una asistente al evento que acude para acompañar a su esposo, que es un fan de nuestro protagonista. En un momento la doctora expresa una frase brillante: "los cómics son un arte de jóvenes heridos, ¿no le parece?". Y es cierto que el autor mientras cumple con los rituales del salón -las firmas, las charlas, las dedicatorias, los saludos a los colegas- transmite rutina o desencanto, a pesar de disfrutar de un considerable reconocimiento.
Una historia que más allá de contarnos una situación habitual, tiene mucho encanto por la forma que presenta el deseo contenido pero persistente, la dudas y la intensidad de esa pasión efímera pero que ahonda en la perspectiva vital del protagonista.
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