Para mi desconocida, me ha gustado mucho descubrir la historia de Maier, una mujer que se sostuvo de forma austera trabajando como niñera de diversas familias, y sufriendo escasez en buena parte de su vida.
Como fotógrafa aficionada, Vivian Maier registraba miles de escenas cotidianas, que revelaba cuando podía en los pequeños cuartos que lograba reservarse en las casas en que se ocupaba de los niños. Y muchísimos rollos de fotografía quedaron sin pasar a papel por la penuria económica en que transcurrieron sus años finales. Gracias al coleccionista John Maloof, que encontró su colección poco después de su muerte, tenemos un testimonio impagable de la segunda mitad del siglo XX, y la artista fue reconocida, lamentablemente de forma póstuma.