En esta ocasión nos encontramos a un Paul ya con la cincuentena, viviendo solo tras haberse divorciado, con su madre muy enferma y él con bastantes achaques. La apnea del sueño le hace sentirse cansado y tristón, por más que sea capaz de contarnos con ironía sus cuitas y sus intentos frustrados para superarlas.
Rabagliati nos permite seguirle en sus rutinas, en su proceso de dibujar, en la firma de ejemplares durante la Feria del Libro de Montreal o en los escasos ratos con su hija adolescente. Melancolía, aceptación y ternura ante circunstancias de la vida como la pérdida, la soledad o el paso del tiempo son pequeñas lecciones de esta emocionante lectura.
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